luns, 8 de febreiro de 2010

MELODÍAS FELIPOP CONTRA EL KARAOKE

No es fácil ver que hay otro mundo más allá de bisbales y chenoas. No interesa, ¿eh, Orwell? Para confundir al desorientado parroquiano inventaron televisión y karaokes. Es tal orteguiana circunstancia la que hizo germinar en Fene –vivero de almejas y astilleros– un ecuentro para espíritus libres como el Felipop. Sólo esta inquebrantable fe limodresa –que atestiguan los chicos del colectivo Felicia– puede agitar los encefalogramas planos. Allí, a dos pedradas de Ferrol (al otro lado de la ría), medra el nutritivo festival, que confirma su quinta edición. Ése es el brebaje que ha de espolear las mentes desorientadas por el milenarismo catódico que diluye todo talento.


Tras la oficiosa apertura, basada en noctámbulas raciones servidas por afamados «dillís» en el parque da Hortiña, la partitura del chef se desata hoy. Pero aún queda tiempo para empaquetar la mochila y plantar la tienda en el extraño rincón ártabro de Limodre (cámping gratuito con duchas y servicios). El feligrés sólo debe aflojar 10 euros por cada una de las dos jornadas para acceder al recinto de conciertos o 18 por un abono conjunto. Y es que los precios no contemplan los IPC de los últimos diez años: 2,5 euros por cubata y 1,2 por caña.


Sin embargo, aquí el romero no viene por el lúpulo, o eso ha de presumir. Es la exquisitez del cartel –de aparente tercera división, así están los tiempos– la que mueve al peregrino, que hallará en él redención a los pecados cometidos bajo el yugo obligado de la canción del verano y el pasodoble «verbenario».

El elenco es variopinto, desde el universo indie a la nostalgia de los 60, pasando por pinceladas más exóticas. Una degustación alejada del fogón filocelta al uso. Hay en esta edición cuatro apuestas diferenciadas que merecen atención. Quizá el mayor riesgo venga de la mano de The Orgone Box. Los muchachos de Sheffield son una máquina de ejecutar redondas melodías, las que urde su capitán Rick Corcoran, traspasadas de sutil reminiscencia psicodélica. Un primor evanescente en el vinilo que únicamente resta por ratificarse en directo ante los sumilleres de la guitarra que hoy libarán Felipop. Nada más terminar, ráfagas de pop no menos sensible a cargo de los veteranos Super Ratones. Ocasión para comprobar qué enormes razones –canciones sobradas de belleza y vigor– llevaron a los bonaerenses a ocupar en abril el puesto número 1 en Puerto Rico, superando los ecos de masas de Maná y Juanes.

El sábado, el plato fuerte del elenco serán The Winnerys y Pedro e Os Apóstolos: del regusto ultraclásico (Beatles y más Beatles) y el fantástico directo de los madrileños a los lisboetas, un bocado para paladares privilegiados.(Héctor Porto-La Voz de Galicia)

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